Y en aquella angustia tanto alivio me procuraron las afables razones de algún amigo y sus loables consuelos, que tengo la opinión firmísima de que por haberme sucedido así no estoy muerto. Pero cuando plugo a Aquél que, siendo infinito, dio por ley inconmovible a todas las cosas mundanas el tener fin, mi amor, más que cualquiera otro ardiente y al cual no había podido ni romper ni doblar ninguna fuerza de voluntad ni de consejo ni de vergüenza evidente ni ningún peligro que pudiera seguirse de ello, disminuyó con el tiempo, de tal guisa que sólo me ha dejado de sí mismo en la memoria aquel placer que acostumbra ofrecer a quien no se pone a navegar en sus más hondos piélagos, por lo que, habiendo desaparecido todos sus afanes, siento que ha permanecido deleitoso donde en mí solía doloroso estar.
Resumen del párrafo 2:
Reconozco que los buenos consejos de un amigo me mantuvieron con vida. También sé que ni las leyes del mismo Dios pudo apagar mi amor, y solo el tiempo fue capaz de hacerme olvidar.Aunque aun siento en los mas hondo de mi un resquicio de ese dulce amor que tanto daño me pudo causar.
Resalto en marron las palabras que el autor utiliza para referirse a la positividad de la que estaba rodeado a pesar de que su mente se encontraba en un estado de letargo a causa del dolor.
Resalto en rojo los pronombres que se refiere al propio Boccacio, dando fuerza en sus confesiones, dejando claro que él sufrio por amor tanto como cualquier hombre
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